La convergencia entre Internet y las Redes de Comunicación Móvil es el principal catalizador de la profunda transformación que tendrá lugar --o deberíamos decir que ya está teniendo lugar-- en nuestra sociedad. La Sociedad de la Información dará paso a la Sociedad Conectada donde los dispositivos convergentes --mitad ordenador, mitad teléfono móvil-- se convertirán en el centro de gravedad alrededor del cual girará nuestro universo digital. Los dispositivos personales de bolsillo serán el control remoto para nuestro hogar digital al mismo tiempo que serán una parte fundamental de nuestro ocio y una herramienta imprescindible para hacer nuestra faceta laboral mucho más eficiente. Existen factores y tendencias que constatan que este tipo de visión está en camino.
Por un lado, el proceso de digitalización de todos los ámbitos de nuestra sociedad sigue su ritmo implacable. Muy pronto cualquier tipo de información imaginable estará disponible en formato digital. Por otro lado, el incesante incremento del volumen de contenidos digitales que manejamos y/o generamos acrecienta la necesidad de confiar su almacenamiento y custodia a terceros. Existe una tendencia fácilmente constatable de mover tanto el software como la información desde nuestros PCs a la Red. En lugar de los tradicionales programas informáticos que se instalan en nuestros ordenadores, utilizaremos cada vez más servicios online. Al mismo tiempo, la banda ancha inalámbrica --WiFi, Bluetooth, UMTS, etc-- y la potencia de los dispositivos móviles siguen mejorando, éstos últimos a mayor ritmo que la propia conectividad. Todos estos factores apuntan a que visiones como la que inspiraron este artículo están cada vez más cerca.
El recientemente clausurado CES 2007 es una buena muestra de que la convergencia e interoperabilidad entre distintas tecnologías empieza a ser realidad en el sector de la electrónica de consumo. Allí se podían encontrar multitud de dispositivos capaces de volcar con gran facilidad imágenes y sonido capturados de Internet sobre un televisor o un reproductor de sonido. Empresas como Philips, Netgear, Sony o Samsung mostraron prototipos que se venderán a partir de mediados de este año y que harán uso de la conectividad sin hilos. La próxima comercialización del nuevo sistema operativo Vista de Microsoft también fomentará la conectividad inalámbrica entre dispositivos y con Internet. El evento McWorld de Apple es otro claro ejemplo de dicha convergencia. Durante el último Macworld, se presentó el iPhone, el primer dispositivo convergente de Apple, al tiempo que se anunció el nuevo "nombre" de la empresa, Apple a secas, eliminando la palabra Computer del mismo. Otro síntoma de por donde van los tiros.
En este futuro todo-conectado, los teléfonos móviles --¿o deberíamos decir los PCs?-- evolucionarán para convertirse en el núcleo de nuestro estilo de vida digital. Parece meridianamente claro que el producto de la convergencia entre los teléfonos móviles y los PCs --como quiera que se bautice a dicho producto-- se convertirá en el centro de gravedad del futuro mundo todo-conectado. Del mismo modo que el contenido y el software abandonarán el PC para almacenarse en la Red, los ordenadores --o la potencia de procesamiento-- se trasladará de nuestros escritorios a nuestros bolsillos, dando paso una serie de profundas transformaciones que hoy apenas logramos vislumbrar.
La conectividad inalámbrica y la aparición de dispositivos móviles cada vez más inteligentes y con mayor potencia de procesamiento, harán posible la interconexión invisible, tanto entre cualquier tipo de aparatos como con Internet. Nuestros dispositivos personales tendrán la suficiente inteligencia no sólo para elegir de manera transparente para el usuario la tecnología de comunicación más adecuada -3G, WiFi, Bluetooth, etc- sino también para adaptarse a nuestro contexto, es decir, deberá ser capaz de detectar e interaccionar de manera automática con nuestros accesorios periféricos, tales como el home cinema, equipo de alta fidelidad, pantalla de gran formato, teclado inalámbrico, etc.
¿Cuánto nos falta para vivir esta nueva realidad? Es difícil de cuantificar. Tampoco presumimos de dotes extraordinarias para la adivinación. Lo que parece claro, tras repasar el estado del arte de Internet Móvil, es que existen numerosos aspectos que contribuyen a este tipo de experiencia, donde aún queda camino por recorrer. Por un lado, las prestaciones del hardware móvil --capacidad de procesamiento y memoria-- deben todavía mejorar considerablemente para poder responder a los requerimientos de la nueva generación de aplicaciones web. Quizá en el plazo de tres o cuatro años podremos empezar a ver dispositivos móviles que permitan ejecutar las nuevas aplicaciones online de manera suficientemente ágil.
La experiencia de usuario sigue siendo una de las asignaturas pendientes. El usuario de PC requiere un nivel mínimo de conocimientos técnicos para poder manejarlo. En el futuro estilo de vida digital, al usuario medio no se le deberá exigir ningún conocimiento técnico. Se trata de eliminar cualquier barrera para la adopción masiva. La tecnología deberá permanecer oculta en un segundo plano, o mejor aún invisible. Las facilidades de conectividad, interconexión de periféricos y sincronización serán claves para la adopción masiva y no deberán incurrir en tecnicismos ni en complejos procesos de configuración. Presumimos que aún queda un largo camino por recorrer hasta conseguir que la tecnología se haga prácticamente invisible para el usuario.
Otra carencia notable es la ausencia de banda ancha inalámbrica. Y nos referimos a conectividad inalámbrica con capacidad suficiente para "mover" contenido pesado, como ideo/audio en calidad de alta definición, entre dispositivos y periféricos, entre la fuente donde se almacene y el destino donde finalmente se consumirán. Las tecnologías de comunicación inalámbrica todavía no son lo suficientemente eficientes como para aprovechar el, cada vez más escaso, espectro electromagnético.
Por último, las baterías son un componente esencial para hacer viable esta visión. Las nuevas necesidades funcionales demandaran mucha mas energía. La ciencia debe mejorar tanto en el tiempo de vida de las baterías, como en el tiempo de recarga y todo ello sin olvidar el tamaño --mejor cuanto más pequeño-- y no suponer una pesada carga para nuestros bolsillos.
Pasos como el de Apple con su nuevo iPhone son una mirada a este futuro todo-conectado y suponen una pequeña parte de la próxima revolución que nos aguarda a la vuelta de la esquina. La ciencia debe seguir avanzando para acercarnos esta visión. Mientras tanto, es tiempo de echar a volar nuestra imaginación. Soñar es gratis.
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Etiquetas: Tecnología, Usabilidad
Nuevos videos de Nokia acerca de su visión particular sobre los futuros dispositivos móviles. Ilustran perfectamente este artículo...
Que opinas de la nueva operadora NETLLAR.